“No tenemos elección, este es nuestro lugar de trabajo. Intentaremos resistir”. Para impedir su cierre, los trabajadores de una fábrica italiana apuestan por emprender una “reconversión industrial desde abajo” controlando ellos mismos los medios de producción. Una comunidad energética de Canarias se ha comprometido a comprarles sus paneles fotovoltaicos.
La GKN de Florencia (Italia), una fábrica de componentes de automóvil con 400 trabajadores, lleva dos años en lucha para evitar su cierre definitivo. Su resistencia es ciertamente inspiradora y su propósito aún más: conseguir una reconversión industrial desde abajo en una fábrica socialmente integrada, la Ex GKN for future. “No tenemos elección, este es nuestro lugar de trabajo. Intentaremos resistir”, señalan.