La comparativa oficial más reciente, al ser 2020, 2021 y 2022 años con actividad anormal por la COVID-19, refleja que el transporte aéreo, por el incremento de vuelos en 2023, año récord histórico en turistas antes que 2024, propició una mayor carbonización atribuida al sector.
En el año 2019, al transporte aéreo se le atribuyó dentro del sector turístico de las islas el 75% de la carbonización total, mientras que en 2023 esa aportación se elevó hasta el umbral relativo del 79%, en vez de reducirse, lo que hubiese sido lo normal o razonable sin tanto aumento en las llegadas, casi todas en avión. Las otras emisiones de gases contaminantes, hasta completar el 100%, tienen que ver con las actividades turísticas que se prestan en destino, en Canarias.