De un tiempo a esta parte, el odio se ha establecido como una forma de comunicación en internet. Las plataformas comerciales que hay detrás de las grandes redes sociales lo han incentivado, construyendo una parte importante de su negocio en torno a esta violencia discursiva. Por su parte, las extremas derechas han identificado ahí una oportunidad electoral y han contribuido también a la proliferación de este odio. En ese contexto, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, y más concretamente el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (OBERAXE), publica su ‘Boletín de monitorización del discurso de odio en redes sociales’.
