Los vecinos de los parques rurales de Tenerife están cansados de padecer a diario las consecuencias de las miles de visitas que reciben estos espacios naturales, de gran belleza, que son uno de los atractivos turísticos de la Isla y uno de sus principales reclamos turísticos para los viajeros que disfrutan del conacto con la naturaleza.
La falta de infraestructuras adecuadas, los problemas de movilidad o la carencia de una planificación que permita ordenar las visitas hacen que la actividad turística y de ocio en estas zonas haya pasado a ser un incordio para los residentes, pese a que los negocios de las diferentes zonas valoran la afluencia de personas porque contribuye a su desarrollo socioeconómico.