En Canarias la crisis de la vivienda se vive de forma aguda: con más de 200.000 viviendas vacías —en gran parte propiedad de fondos buitres, bancos y grandes inmobiliarias— y más de 180.000 residentes que necesitan una vivienda, este panorama refleja cómo la especulación inmobiliaria, así como la inversión extranjera y el aumento de la demanda turística han transformado el mercado inmobiliario, dejando a los residentes en la imposibilidad de acceder a una vivienda digna.
