Y dijo chocho y no pepe y yo me sentí tan lejos de ella. Esa frase me bajo por la garganta de mala forma, como si me hubiese atragantado, como un trozo de comida arrastrándose por el camino que no era, por el camino viejo, como decía abuela. La novela Panza de burro de la escritora tinerfeña Andrea Abreu vio la luz en 2020 mecida por las aguas del Archipiélago y, a día de hoy, se ha publicado en más de 30 países, traducida a idiomas como el inglés, el francés, el italiano o el alemán. Una prueba absoluta de que lo canario es universal, de que traspasa fronteras aún con sus formas de hablar más tradicionales -tiene su encanto imaginarse la expresión «por el camino viejo» en inglés o francés- o sus referencias más insulares.
Esta universalidad de lo canario es uno de los rasgos que reivindica Borja Rubio (Lanzarote, 1990) en su ensayo 928-922. Apuntes sobre la canariedad hirviendo que ha visto la luz recientemente de la mano de Ediciones Tamaimos.