El sector de la construcción vivió sus años de oro antes de la crisis de 2008 y toda persona veía en él una oportunidad de trabajo. Las construcciones eran un no parar y los sueldos contentaban a todo el mundo. Pero la burbuja explotó, esa temporada dorada terminó y nada ha vuelto a ser lo mismo, hasta el punto de que ya nadie se anima a trabajar en el sector, lo que le ha llevado a verse amenazado por la falta de relevo generacional.
Los datos hablan por sí solos. A nivel nacional, solo el 9,6% de la plantilla del sector es menor de 30 años, según el Observatorio de la Fundación Laboral de la Construcción. En cuanto a Canarias, el personal del 56% de las empresas de la construcción tiene entre 45 y 55 años, lo que refleja un envejecimiento en la actividad, señala Salud Gil, presidenta ejecutiva de la patronal de constructores y promotores de Las Palmas.